Este jardín simboliza parte de la filosofía común a la mayoría de las experiencias de jardinería vecinal de Moratalaz: tomar un espacio interbloque pelado de vegetación y acondicionarlo como zaona verde, bien por iniciativa comunal o por motivación personal.
Lo que revela este jardín que se extiende por una estrecha franja de terreno a la falda de una fachada de viviendas, es la apuesta por el acondicionamiento de la vegetación, en concreto por el acondicionamiento del riego.
La primera vez que nos topamos con este jardín nos llamó la atención la presencia de un olivo con un porte notable. Em una segunda mirada, nos fijamos en los bidones de plástico vacíos que reposaban junto a su tronco. Nos evocaba una imagen de huerta en precario, donde ante la ausencia de boca de riego cercana en la que enganchar una manguera, sse echa mano de viajes de agua desde los domicilios de los huerteros más próximos.
En una tercera mirada recurrimos a nuestro método de búsqueda de jardinero, que como ya os hemos contado consiste en recorrer la fachada del edificio para encontrar pistas que nos conduzcan a él. En este caso fue la presencia en una de las ventanas de un bidón de plástico colocado bajo el tubito de desague del aparato del aire acondicionado. Misteriosamente coincidía con la morfología de los bidones situados junto al olivo.
Mientras tomábamos fotos del jardín y sus especies, un vecino descamisado se asomó por la ventana del aire acondicionado. Le preguntamos si él cuidaba el jardín. Sin ningún tipo de desconfianza nos contestó que sí. Ante su falta de recelo hacia nosotros , comentamos a Victoriano, así se llama el jardinero acondicionador, si no le importaría posar otra día en su jardín ante la cámara de nuestra fotograba de cabecera, la gran Bego Solis.
Estas fotos que os mostramos, ya más acondicionado, son parte de la sesión que Bego tuvo con Victoriano, el jardinero que riega los olivos con agua del aire acondicionado.